Un año más, el Movimiento Juvenil de nuestra parroquia volvimos a disfrutar de un campamento inolvidable y con la mochila de vuelta llena de buenos momentos y recuerdos para siempre. Un campamento que este año giró en torno a las Parábolas, rodeados de unos paisajes totalmente nuevos para nuestro campamento, en la comarca Gúdar-Javalambre de Teruel y finalizándolo en nuestro campamento arciprestal de Benagéber.
Comenzamos en el municipio de Gúdar, a casi 1600m de altitud, con unas vistas impresionantes camino de nuestra primera parada, el camping Los Álamos de Virgen de la Vega. Unos primeros días que siriveron para ir conociendose entre todos, entre los jóvenes, a los educadores, con sorpresas, mareos intencionados de cambios de grupo, excursiones….
De Virgen de la Vega comenzó la que sería la marcha más larga del campamento, 21km en dirección a Mora de Rubielos, una vez más demostrando que gracias a la unión y a la ayuda entre todos no hay distancia ni retos que se nos resistan. Allí, estuvimos alojados en el Instituto de Educación Secundaria. Tras una tarde de intensa tormenta, celebramos la primera eucaristía del campamento y al día siguiente conocimos el pueblo a la vez que seguíamos inmersos y aplicando las Parábolas de cada día.
Las siguientes paradas fueron Valbona, con parada obligatoria en su embalse para refrescarnos, y La Puebla de Valverde, donde tras una intensa marcha y disfrutar de un buen descanso, el tiempo volvió a obligarnos a sacar nuestros chubasqueros los dos días.
Una vez volvimos (tras un lento viaje…) a Benagéber, tuvo lugar la estrellada por grupos, con el habitual día siguiente en el pueblo. Ya en nuestro campamento, seguimos con todas nuestras actividades, teniendo el punto final la eucaristía y la posterior fiesta en el campo de fútbol.
Lo primero, dar las gracias a todos los ayuntamientos y personas de la comarca Gúdar-Javalambre de Teruel que tanto nos han ayudado y facilitado todo para que este campamento haya ido sobre ruedas, cediéndonos instalaciones y dispuestos a lo que hiciese falta con tal de que estuviésemos como en casa.
Despedir a todos los que se despiden del movimiento, con la esperanza de que este último campamento os haya servido para despediros de la mejor forma de esta etapa y para seguir en la nueva que iniciáis con más Fe, ganas e ilusión.
Y por último, dar una vez más las gracias a todos los educadores que hicieron posible este campamento, intendente, sacerdote, equipo de cocina… Por todo el trabajo que parece que no se vea pero que luego se demuestra con creces. Y al Señor, mil gracias más, porque en momentos como este vuelve a estar más presente que nunca, a nuestro lado, creciendo con Él.
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